viernes, 14 de junio de 2013
jueves, 13 de junio de 2013
LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
Introducción
Introducción
La intención
de dar una breve explicación de las
diferentes partes de la Misa, es lograr que los estudiantes se sientan
motivados para asistir y participar en la eucaristía después de conocer sus
partes y significados. (Esto solo se logra si tú como docente transmites la
alegría y la pasión por lo que queremos lograr en ellos.)
Me propongo como
metodología el ir explicando parte por parte de la Celebración Eucarística:
1º RITOS INICIALES
Consta de las siguientes
partes:
v
Saludo
v
Rito
penitencial
v
Gloria
y primera oración.
v
Oración
Se comienza todo con estas solemnes
palabras: “En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo”.
Algo
muy importante va a ser, pues se realiza en el nombre de la Santísima Trinidad.
Efectivamente
la Celebración Eucarística es la actualización sacramental de la Pasión, Muerte
y Resurrección de Jesucristo, consiste en hacer presente la Última Cena y la
pasión, muerte y resurrección de Jesús en forma sacramental, es decir de una
manera representada por signos y señales, y al mismo tiempo realizada de
verdad.
La
redención que Jesús realizó en Calvario y el domingo de Pascua con la
resurrección se repite, se actualiza en cada Eucaristía.
Jesús
dijo a los apóstoles en la última cena: “Este es mi cuerpo que se entrega por
vosotros. Éste es el cáliz de mi sangre derramada por vosotros y por todos los
hombres.” Y añadió: “haced esto en memoria mía, en recuerdo mío”. Entonces,
cada sacerdote, cuando celebra, repite lo que Jesús hizo en la Última Cena:
convertir el pan en su cuerpo, cuerpo que se sigue entregando por los hombres,
y el vino en su sangre, sangre derramada por los hombres. Y esto en obediencia
al mandato de Cristo: “Haced esto en memoria mía.” Al mismo tiempo que les
ordenaba repetir lo que Él acababa de hacer, les daba el poder de realizarlo,
convirtiéndolos en sacerdotes de la Nueva y Eterna Alanza. Jesús, en efecto,
dijo: “Éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la Nueva y Eterna Alianza”.
Con esto queda claro que nosotros no
inventamos la Misa, sino Jesús mismo,
y Él quiso con su poder divino que sus sacerdotes realizaran la misma
consagración del pan y del vino que Él había hecho. Por eso el pan consagrado y
el vino consagrado contienen el Cuerpo y la sangre de Jesús, contienen a Jesús
mismo. Por eso, adorar la Eucaristía es un acto de amor y reverencia debidos a
Dios. Nosotros adoramos, no las especies de pan y vino sino al Dios que está
presente en ellas.
v
Saludo
“La gracia de Nuestro
señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos
vosotros”
Es
un saludo muy cordial, pero muy profundo, nada superficial. No es el simple
¡Hola, ¿cómo están?! Significa que estén con cada uno estas tres cosas
-
La gracia de nuestro Señor Jesucristo: Que vivas en gracia, con todos los
elementos maravillosos que conlleva: ser hijo de Dios, heredero del cielo,
capaz de ganar méritos etc.
-
El amor del Padre : Que tengas, que sientas el amor del Padre, como hijo, hija
de Dios. Según la expresión hermosa de san Juan: “Ved qué amor nos ha tenido el
Padre que no sólo nos llamamos sino que somos hijos de Dios”.
-
Y la comunión del Espíritu Santo. Que el Espíritu santo viva en ti como en su
templo.
La respuesta: “Y con tu
espíritu”. Que
también tú, sacerdote del Señor, lo tengas.
v
Acto penitencial o rito penitencial
¿Por qué un
rito penitencial, de arrepentimiento de los pecados? Porque vamos a asistir al
sacramento, a la actividad litúrgica que realiza nuestra redención; la
liberación de nuestros pecados. Debemos reconocerlos. Pero, además, de
forma pública. En voz alta digo y aseguro que soy un pecador. Por eso me
arrepiento de mis pecados también públicamente.
Igual
que si alguien va a un hospital o al doctor es porque está enfermo y quiere
curarse, vamos a la misa como pecadores que necesitamos ser perdonados. La
fórmula que se utiliza es la siguiente:
-Yo (se podría decir Fulanito de Tal)
-confieso (declaro, acepto)
-ante Dios todopoderoso (reconozco ser
un hijo pródigo ante Él)
-y ante vosotros, hermanos (fíjate en lo
que vas a decir y delante de quién, delante de todos los que asisten a la
Celebración Eucarística)
-que he pecado mucho (aquellas personas
que piensan y dicen que comente pecadillos y faltas chiquitas no saben lo que
dicen. Podrían ser de la clase del fariseo que rezaba así: “Te doy gracias,
porque no soy como los demás hombres: adúlteros, ladrones.
-de pensamiento, palabra, obra y omisión
(se especifica en qué soy un gran pecador. Si uno pudiera ver, medir y pesar
todo lo que ha pecado en su vida con el pensamiento, la lengua y las obras,
quedaría abrumado. Se añade: Y de omisión. Antiguamente no salía esta
expresión. Pero se vio la necesidad de añadirla porque por la omisión cometemos
miles de faltas y pecados. Omisión es igual a no hacer lo que debo. Omitir
actos de caridad, de bondad, omitir hacer apostolado, omitir el buen ejemplo a
los hijos, omitir tantas y tantas cosas.)
-Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran
culpa
(Tres
veces y en ascenso “mi gran culpa”. Y golpeándose el pecho en señal de
arrepentimiento. Ya sólo falta decir la clase de pecados que he hecho.
Imagínate que dices esto en un supermercado…Bien no lo dices en el supermercado,
pero lo dices…en la Iglesia.)
-Por eso ruego… (que interceda por mí)
-a Santa María siempre Virgen (que
ruegue por mí a Dios. Cierto que lo hará con mucho gusto por tratarse de su
hijo)
-A los ángeles (a nuestro ángel de la
guarda, a los arcángeles, como san Miguel, san Gabriel y san Rafael y a todos
los ángeles que son muchos y muy buenos.)
-A los santos (a todos, a tu santo
patrón o patrona y a todos: A san Pablo, san, Pedro, san Pío, santa María
Magdalena etc)
-Y a vosotros, hermanos (estoy
solicitando muy en serio, porque la necesito, la oración de mis hermanos...A
todos los que están en la Iglesia)
-Que intercedáis por mí ante Dios nuestro
Señor (cuando uno pide sólo por sí, su oración des de corto alcance. Pero
cuando todos piden por todos esa plegaria es infinitamente más rica).
Como
conclusión. El
sacerdote refuerza este acto de penitencia, con estas palabras. Pide tres
cosas:
Que Dios
Todopoderoso:
Primero: Tenga
misericordia de nosotros, según la petición de Jesús: "Perdónales,
Padre, porque no saben lo que hacen.
Segundo: Que
perdone nuestros pecados. Esos muchos pecados que he cometido por mi gran
culpa.
Tercero: y
nos lleve a la vida eterna. Amén.
En realidad a
eso venimos a la celebración Eucarística. No a fijarnos en cómo va vestida tal
persona, no a murmurar de algo que no salió tan bien, ni siquiera a poner peros
a la predicación del sacerdote. Yo no voy a eso a la misa. Tengo tanto de qué
arrepentirme que no me animo a tirar piedras a mi prójimo, como un fariseo más.
Sí vengo a
esto, a pedir misericordia a Dios, a que me perdone mis pecados y los de mi
familia y a que me lleve y nos lleve a la vida eterna.
Claro, no
asistir a la Celebración Eucarística casi nunca o enojarse si alguien
amablemente te invita, significaría que no me interesa mi salvación eterna, que
me vale, que ni el cielo me apasiona ni el infierno me asusta.
Se termina el
acto penitencial diciendo en voz alta, tres veces, alternando con el sacerdote:
“Señor,
ten piedad”
“Cristo,
ten piedad”
“Señor,
ten piedad”
v
El gloria a Dios en el cielo
Se suele
decir o cantar (Si se canta mucho mejor) En realidad está hecho para cantarse.
Y ojalá que no sólo por un coro, sino por todo el pueblo o alternando coro y
pueblo porque es un himno muy hermoso y muy rico. Es oración de alabanza, de
agradecimiento, de petición de perdón y de petición de gracias. Tenemos que
recordar que hay cuatro clases o formas de hacer oración: En el gloria se dan
las cuatro:
- Alabanza:
Gloria a Dios en el cielo
- Pedir
perdón: Ten piedad de nosotros.
- Acción de
gracias: Te damos gracias…
- Petición de
dones: Atiende a nuestra súplica.
El inicio del
gloria lo cantaron los ángeles en el nacimiento de Jesús, cuando se aparecieron
a los pastores, cuando se daba el inicio de la redención con el nacimiento del
Redentor. El gloria, por tanto, nos recuerda la encarnación y el nacimiento de
Jesús. Si en la misa se realiza la redención, viene al caso ese recuerdo del
momento en que el Verbo se hizo carne y nació en Belén.
¿Cómo hay que
cantarlo? Con el mismo entusiasmo y amor con que los ángeles lo cantaron la
primera vez.
Digresión: ¿Aburrirse en misa? Si uno llega a
tiempo y vive profundamente estos primeros momentos, comprenderá que no es
posible aburrirse.
El gloria
suele cantarse en los domingos, fiestas. Se omite en las épocas de penitencia
como Cuaresma y Adviento.
v
Oración
Sigue la
primera oración formal, que reza el sacerdote. Hay tres oraciones especiales,
con el mismo esquema: Una invocación al Padre, una petición, una conclusión:
Por nuestro Señor Jesucristo….
¿Qué es lo
que se pide? Casi siempre es lo mismo: Lo único necesario, la salvación eterna
o cosas relacionadas con ella. También se pueden pedir cosas humanas
necesarias: la lluvia, la fidelidad al amor humano, la salud, la paz etc.
Las tres
oraciones tienen lugar ahora, justo antes de la primera lectura antes del
prefacio y antes de la bendición final. Las tres se dirigen casi siempre al
Padre, pocas a Jesucristo o al Espíritu Santo.
Concluye casi
siempre así: Por nuestro Señor Jesucristo, Por Cristo Nuestro Señor”. No es por
casualidad. Estamos pidiendo al Padre que nos obtenga la redención, el perdón
de los pecados, el cielo. ¿Quién nos ha conseguido la redención? Jesús. Lo
lógico es, pues, pedirla al Padre por medio de Jesucristo, su Hijo muy amado en
quien tiene todas sus complacencias.
2º. LITURGIA DE LA PALABRA
Suelen ser tres lecturas en los domingos y
fiestas. Las dos primeras del antiguo y del nuevo testamento y la tercera del
Evangelio.
Conviene
leerlas con claridad y entonación, pero sin rebuscamiento. En señal de respeto
y aceptación.
La
intervención de los feligreses: El pueblo interviene en el salmo responsorial
que es alternado por un lector y la gente. Se debe intervenir con la palabra y
el corazón. Es una oración, no un rollo. El
salmo responsorial es como una respuesta a la palabra de Dios: una frase de
alabanza, de petición, de acción de gracias..
Aleluya:
Alegría. Decirlo, cantarlo con su pequeño texto.
Aquí como en
otras oraciones podemos hablar o cantar distraídos o enriquecer el alma; hablar
y cantar con el corazón.
Lecturas
Las lecturas
narran algún pasaje de la Escritura o también ofrecen algún texto explicativo o
de la palabra de Dios en sus más variadas formas. Hay que leerlo como parte de
una carta larga, hermosa, escrita con amor por Dios para cada uno de nosotros,
pues eso es la Biblia.
Evangelio
El Evangelio
es leído por el diácono o por el sacerdote para darle realce. De hecho el Libro
de los Evangelios es llevado en procesión por un diácono o por un seglar
elegido en la procesión de entrada. Y el sacerdote o diácono lo lleva del altar
al ambón antes de leerlo. La parte más
importante de la Biblia son los cuatro Evangelios. ¿Por qué? Porque nos cuentan
los hechos y enseñanzas del Hijo de Dios, de Jesucristo.
Homilía
Es la
interpretación que el sacerdote hace de la lectura de la Palabra de Dios a la
Luz del Espíritu Santo y aplicada a la
vida de los fieles.
Credo (Profesión de Fe)
Los domingos
y fiestas suele decirse o cantarse el credo. Es el resumen de nuestra fe. Se
está de pie en señal de aceptación. ¿Cómo se debe rezar? Con la mente y el
corazón, es decir con atención y adhesión.
Oración universal de los fieles
Sobre todo en
domingos y fiestas. Ningún momento mejor que la Misa para orar por el mundo y
por todas las necesidades de la Iglesia. Es una oración universal, prevalece,
por tanto las peticiones generales por la Iglesia y el mundo: Papa, familias,
vocaciones, los enfermos, inmigrantes, gobernantes… Pedir con el corazón.
3º LITURGIA EUCARÍSTICA
Consiste en:
• La
ofrenda del pan y el vino: Reconocemos que todo lo hemos recibido de Dios, y se lo devolvemos ofreciéndoselo. Se ofrecen pan y vino que se convertirán en
el cuerpo y sangre de Jesucristo.
• La
plegaria eucarística: Junto con todos los santos y los ángeles agradecemos a Dios el existir, sus
cuidados, su amor y que nos haya dado a su hijo. (Desde el prefacio hasta antes
del padre nuestro).
• Rito
de la comunión:
La gota de agua unida al
vino: representa nuestra participación, nuestra ofrenda. Sola no sirve de nada.
Unida a la ofrenda de Cristo, sí vale.
Debemos colaborar con
nuestro ofrecimiento: la vida, los buenos propósitos, los sacrificios,
oraciones, actos de caridad..." Lo que falta a la Pasión de Cristo."
El sacerdote, inclinado,
dice en privado : “Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu
humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu
presencia”.
• Lava las manos, diciendo en secreto: “Lava
del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado”. Todos deberían tener esta misma
actitud.
Por eso, el sacerdote
invita al pueblo con estas palabras: “Orad,
hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre
Todopoderoso”.
Respuesta: El Señor reciba de tus manos este
sacrificio para alabanza y gloría de nuestro señor Jesucristo, para nuestro
bien y el de toda su Santa Iglesia”.
• Oración
sobre las ofrendas: Es la segunda oración formal que se hace. Se pide
específicamente que Dios Padre acepte las ofrendas: pan y vino y nuestras
oraciones, sacrificios…
Por Cristo,
Nuestro Señor. Dios lo acepta sin duda. “Este es mi hijo muy amado en quien
tengo todas mis complacencias”.
La Plegaria Eucarística
•
El prefacio:
Es un himno de alabanza con un inicio y una conclusión dialogada del pueblo con
el sacerdote.
Hace alusión
a la fiesta o al tiempo litúrgico: cuaresma, Pascua, adviento etc.
Termina con
el Sanctus: un pequeño himno de alabanza al tres veces Santo.
• Recuerdo de la última Cena
Y
consagración del pan y el vino. Con las mismas palabras de Jesús. Es lo más importante. La esencia de la
Misa.
“Tomad y comed todos”: Debieran todos.
Pero no hay que tomarlo en otro sentido: Como Dios N. S. manda a todos, voy a
comulgar. Debe uno preguntarse humildemente: ¿Estoy preparado, en gracia de
Dios?
Esto es mi cuerpo que será entregado
por vosotros:
Donación, regalo; entrega en forma de alimento del alma.
Será
entregado a la muerte, al dolor, a la cruz por amor a cada uno de nosotros. La
Eucaristía es el darse de Dios a cada hombre.
“Tomad y bebed todos”: El hecho de que se dé materialmente
a beber el cáliz no es necesario. Porque en cualquiera de las dos especies está
Cristo entero. El que comulga bajo las dos especies no recibe más a Cristo que
el que lo recibe sólo bajo una.
Sangre derramada: Sangre que será extraída
violentamente de su cauce normal: las venas. Implica desangramiento, tortura,
muerte.
Por vosotros: Por cada uno. Por mí. Por ti.
“Cristo me amó y se entregó a la muerte por mí”.
Razón: Para el perdón de los pecados.
Derramar la sangre es una acción impresionante para borrar los pecados.
• Este
es el sacramento de nuestra fe. Recalcar ente el pueblo qué es lo que se
está realizando en el altar: la pasión, muerte y resurrección de Jesús de forma
incruenta.
Por eso,
asistir a Misa es asistir a lo esencial de la religión católica, a lo más
importante.
Respuesta: Sí lo sabemos “Anunciamos tu muerte… proclamamos tu resurrección…Ven, Señor, Jesús.
Ven, Señor Jesús, A mi vida, a mi familia…” No es necesario decir en voz
alta “Señor y Dios mío”, pero sí con el corazón; con la fuerza del primero que
lo dijo: Santo Tomás. Contarlo…
• Luego se ofrece al Padre el cuerpo y la
sangre de Cristo: Te ofrecemos el pan de
vida y el cáliz de salvación. En plural: lo ofrece toda la Iglesia:
sacerdote y pueblo de Dios.
Se piden
cosas muy importantes
- La unidad
de todos los que comen y beben la Eucaristía. Hermanos separados. “Que todos
sean uno”.
- Se pide por
toda la Iglesia, hoy tan necesitada: Unidad, fe, fidelidad, obediencia,
vocaciones, santidad, almas apóstoles…
- Por el
Papa. Ha pedido oración por él mismo. Por el obispo del lugar y por todos los
demás obispos y sacerdotes.
- Se pide que
la Iglesia vida la caridad, la esencia del cristianismo, el mandato de Cristo.
Estas peticiones están en la narración de la Ultima Cena por san Juan.
- Se pide por
la Iglesia purgante, por los difuntos que están en el purgatorio en espera de
ir al cielo.
- Por último,
se pide por nosotros. Ten
misericordia de todos nosotros…Por intercesión de María, los apóstoles y todos
los santos, pero sobre todo por medio de Jesucristo, la vida eterna.
• Se levanta la patena con la hostia y el cáliz
diciendo esto:
Por
Cristo
Con
Cristo
En
Cristo
Y
en la unidad del Espíritu Santo todo honor y toda gloria por los siglos de los
siglos.
Respuesta: Amén. Sí. Responde todo el pueblo.
Rito de la comunión
Se introduce
la oración de Jesús
Enséñanos a
orar, Padre nuestro.
El sacerdote
y los fieles lo recitan juntos. Hay la costumbre de extender las manos, de
juntar las manos. Creo que puede ayudar este gesto si se hace con devoción.
- Padre nuestro: (No padre mío. Sin dejar
de ser mi padre, es también tu padre y de todos los hermanos.
En ese
momento todos deberían sentirse eso, hermanos, y rezar juntos a nuestro Padre
celestial como nos enseñó nuestro Hermano mayor, Jesús.)
- Santificado
sea tu nombre: (El nombre es la persona misma. Él ya es santo. Significado: Que
todos los hombres reconozcan, acepten y alaben tu santidad, te alaben a Ti,
Dios santísimo.)
- Venga a
nosotros tu Reino: (Venga a mi corazón, a mi alma tu gracia, tu vida divina,
los frutos de tu Pasión y resurrección. Sé nuestro Rey y nosotros tus soldados,
por la gracia, y tus apóstoles.)
- Hágase tu
voluntad: (En el cielo, perfecto
En la tierra
no tanto. En mi vida cristiana ¡quién sabe! Lo más importante que tenemos que
hacer es cumplir la voluntad de Dios)
-Danos hoy
nuestro pan de cada día.
(Con el pan,
todo lo humano y material: sustento, casa, vestido, transporte, salud, etc.)
-Perdona
nuestras ofensas así como…: (Ésta es la expresión más difícil.)
- No nos
dejes caer en la tentación
(Tentaciones
tendremos y tenemos. Son necesarias, útiles. Que no caigamos. No es lo mismo
sentir que consentir.)
- Y líbranos
del mal: (Todo mal: físico, sobre todo moral. El pecado. Y líbranos del padre
de la mentira.)
Sigue una
oración que amplía la petición de “Líbranos del mal”. Y aprovechando el momento
se pide por la paz y unidad en la Iglesia.
• Y en este contexto se desea la paz a los
presentes. “La paz del Señor” esté
siempre con vosotros”…Daos fraternalmente la paz.
Sin
aspavientos, de forma sencilla y sincera. Sabiendo que nadie da lo que no
tiene.
Tampoco es
necesario querer dar la paz a todo el mundo: a los de mi alrededor es
suficiente.
• Se parte un pedacito de la hostia en el
cáliz. Significado: la resurrección.
• Cordero de Dios: Un acto de humildad repetido
tres veces. No somos dignos.
El sacerdote
hace en privado una oración humilde de preparación. Luego levanta la Hostia y
hace la invitación de San Juan Bautista a sus discípulos, en particular a
Andrés y a Juan Evangelista. Y lo siguieron. Dichosos los invitados. Son todos.
Pero dichosos los que pueden recibirlo. Debería doler tanto… que todos entonces
irían a la misa confesados, en gracia de Dios.
Señor, yo no soy digno de que entres
en mi casa, pero una sola palabra tuya bastará para sanarme.
¿Quién dijo
estas hermosas palabras? Un pagano, un centurión romano que tenía tanta fe que
Jesús dijo de Él: “No he encontrado tanta fe en Israel”.
Comulga
primero el sacerdote. Luego el sacerdote y diácono dan la comunión. Si es mucha
gente, y de ordinario suele estar llena la Iglesia, es muy conveniente que
ayuden algunos ministros extraordinarios de la Eucaristía. Mientras se canta o
se lee la antífona de la comunión que es una píldora breve sobre la Eucaristía.
“El cuerpo de Cristo”. Amén.: Creo.
¿En la boca o
en la mano? Según lo determine el obispo del lugar. Ambos están permitidos. No
importa si es en la boca o es en las manos. Lo que importa es el respeto y el
amor.
• Tercera oración: Alude a la misa celebrada, a
la comunión recibida y pide que mantengamos los frutos para el futuro.
Rito de conclusión
El Señor esté
con vosotros: Un saludo final, semejante al del principio.
Y se da la
bendición en nombre de la santísima Trinidad.
Se cierra
esta acción litúrgica con solemnidad: Como si uno entrara a través de un gran
arco a la Misa y saliera por otro arco hermoso.
Podéis ir en paz.
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